Parroquia La Milagrosa (Ávila)

lunes, 6 de abril de 2015

Experiencia de paso (Miércoles de la octava de Pascua)


Reconocieron a Jesús al partir el pan
(Lucas 24, 13-35)

Nosotros esperábamos. Ésa fue la raíz del gran chasco que se llevaron los dos discípulos de Emaús el Viernes Santo y que todavía arrastraban el domingo de Resurrección. Ellos no habían renunciado a sus ideas sobre cómo tenía que ser el Mesías enviado por Dios: un caudillo que avanzara de victoria en victoria política y militar. ¡Qué poco o qué mal habían escuchado la palabra del Maestro, que hablaba continuamente de amor, de entrega y aun de sufrimiento, y nunca de imponerse a los demás por la fuerza! ¿Quién no se iba a entusiasmar por la persona única de Cristo? Pero la fe tenía que ir más lejos. Y a la fe sólo se llega por la escucha de la palabra del Señor.

En el camino de Emaús, los dos discípulos  hicieron la experiencia del paso de la oscuridad a la luz, de la ceguera a la visión, de la distracción al reconocimiento. Vivieron una catequesis y una experiencia de fe en la nueva presencia de Cristo al tener la oportunidad de escuchar la misma palabra de Jesús, que ahora les suena tan conocida, pero a la par completamente nueva, a la luz de los últimos acontecimientos. Al final, Jesús repite de nuevo su entrega en la Eucaristía. Y entonces lo reconocen, porque el que se entrega hasta la muerte sólo puede ser Jesús, vivo de nuevo.

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