Isaías 40,25-31
Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, les nacen alas como de águilas.
Salmo: 102,1-4.8.10
Bendice, alma mía, al Señor.
Mateo 11,28-30
Mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
"Al cansado da vigor" el Señor afirma con convicción el profeta Isaías. Efectivamente, a veces nos sentimos desalentados ante el materialismos y el egoísmo que nos rodea y nos tienta (Francisco). La ambición y el placer parece que lo quieren dominar todo y que va a derrotar a quienes estamos convencidos de que el camino de la justicia y el servicio mutuo es el mejor. Entonces sobre todo, cuando el desánimo amenaza con invadirnos, tenemos que recordar que Alguien nos ha dicho que estará siempre a nuestro lado para devolvernos las fuerzas.
Jesús no oculta que la amistad que nos ofrece es un verdadero yugo, el yugo del servicio y la atención a los demás, que Él mismo cargó. Es mi yugo, como Él dice. Pero, por eso mismo, nunca estaremos solos "tirando del carro", porque Jesús también estará con nosotros. Cuando le veamos en Belén empezando una vida como la nuestra, tendremos. tendremos la prueba de que Él está con nosotros bajo el mismo yugo. Y entonces el yugo se nos hará mucho más llevadero.
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