Parroquia La Milagrosa (Ávila)

domingo, 19 de abril de 2015

Si amas (quieres) puedes (Miércoles de la 3ª Semana)


Todo el que vea al Hijo y crea en Él, tendrá vida eterna
(Juan 6, 35-40)

El que viene a mí no pasará hambre, dice Jesús. El ser humano tiene un hambre insaciable. La razón de esta hambre la explicó muy bien san Agustín: Señor, nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti. Dios nos ha dado una capacidad infinita que no se puede llenar con ninguna realidad creada, una capacidad que sólo Dios puede llenar.

Ya desde ahora podemos irnos llenando de Dios porque ya desde ahora nos hace posible el poder participar de su vida eterna, como nos lo revela hoy el Señor: Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que cree en el Hijo tenga vida eterna. Estamos hechos para vivir, desde ahora, de esta vida eterna. Cuando no vivimos de esta vida, fácilmente caemos en alguna adicción que, en lugar de saciamos, nos da cada vez más hambre y más sed. Los psicólogos dicen que en nuestra sociedad son cada vez más numerosas las adicciones. Son los ídolos que, en vez de dar vida, la quitan y causan muchas víctimas.

Tenemos que cambiar los esquemas, dejarnos sorprender por lo que sucede en nuestra vida, y dejar que sea Dios el que dirija nuestros pasos. La primera comunidad tuvo que dejarlo todo, salir de casa y comenzar a caminar. Y allá por donde pasaban, adaptarse a lo que iban viendo, sin perder sus raíces. Su trabajo les costó y algún que otro disgusto, pero cuando uno tiene buena voluntad y está bien orientado es posible. Busca tus referencias, encuentra la estrella polar que brilla en nuestro firmamento, Cristo, y, mirándole a Él, lánzate a vivir con alegría, con confianza, con fe. No es voluntarismo: si amas (quieres) puedes.

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