Parroquia La Milagrosa (Ávila)

domingo, 5 de abril de 2015

Yo en vosotros y vosotros en mí (Martes de la octava de Pascua)


Jesús le dice: ¡María!
(Juan 20,11-18)

María Magdalena está obsesionada con encontrar el cadáver de Jesús: encontrado sería su único consuelo. Pero el sepulcro está vacío. Jesús ha entrado en otra vida, en otra dimensión. Por eso María no acaba de reconocerlo cuando se presenta ante ella. Jesús tiene ahora un cuerpo espiritual y una vida inmortal: tiene la vida eterna del Verbo, la que tenía antes de la Encarnación. En todas sus apariciones, el Señor tratará de educar a sus discípulos para esta nueva presencia suya en medio de ellos. Se acabó la presencia material y corporal sometida a las limitaciones del tiempo y del espacio. Esta nueva relación la expresó Jesús con las palabras siguientes: Yo en vosotros y vosotros en mí: así de sencillo y así de directo.

Pero el pasado de las relaciones de Jesús con sus discípulos no ha quedado borrado, como tampoco ha quedado borrado el pasado de la vida mortal de Jesús. María reconoce la voz del Maestro, que la llama de nuevo, a ella personalmente. Ese pasado es necesario para entrar en la nueva relación de fe que el Resucitado espera de nosotros. Pidámosle que nos aumente esta fe. 
Fuente

Seguimos en la noche, en el amanecer eterno, donde Cristo a vencido a la muerte y retorna victorioso. Toda una semana por delante para que nos lo creamos. Feliz Pascua hermanos y hermanas, amigos y amigas, compañeros y compañeras todos.
Ve, corre y creételo.


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