Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 21 de abril de 2015

En las duras y en las maduras (Jueves de la 3ª Semana)


Serán todos enseñados por Dios
(Juan 6, 44-51)

Jesús nos recuerda hoy esta promesa anunciada por el profeta Isaías. El mismo Jesús la repetirá en la larga sobremesa de la Última Cena: El Espíritu Santo os recordará todo lo que yo os he enseñado. Ambas promesas son para todos sus discípulos, para cuantos quieren alimentarse de la palabra viva de Dios dirigida personalmente a cada uno de nosotros. Dios busca esta relación directa con cada uno de sus hijos y nos invita a entrar en esta relación. Es lo que la tradición cristiana ha conocido con el nombre de relación mística, porque depende enteramente de la iniciativa de Dios. La mística no consiste en fenómenos extraordinarios ni está reservada a unas pocas personas. Es sencillamente esta relación personal con Dios desde la fe.

Hoy, cuando nuestro entorno nos ayuda muy poco a mantenernos fieles a nuestra vocación cristiana, esta escucha directa de la Palabra de Dios en nuestro corazón es más necesaria que nunca.  El evangelio de hoy, sin ponernos una venda en los ojos, nos invita a vivir con él la simplicidad evangélica, con alegría y junto al Maestro, para que nada ni nadie tumben la certeza de nuestra fe. Recordemos y valoremos a aquellos que con tenacidad se han mantenido fieles a Jesús en las duras y en las maduras. Pidamos la fe. No la que busca tan solo evitar conflictos y dificultades, sino la que, entre persecuciones, combates y pruebas, se mantiene junto a Jesús, Camino, Verdad y Vida. ¡Esto solo se aprende en el horno del fuego! Jesús es un incendio. No aspiremos a conseguir un corazón ignífugo.

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