Parroquia La Milagrosa (Ávila)

jueves, 9 de abril de 2015

Experiencia de anuncio (Sábado de la octava de Pascua)


Ellos no la creyeron
(Marcos 16, 9-15)

Inmediatamente antes del pasaje evangélico que acabamos de escuchar, san Marcos había contado cómo las mujeres, muertas de miedo, no fueron capaces de transmitir la noticia de la resurrección del Señor. A continuación, ha dejado constancia de cómo los discípulos no creyeron a María Magdalena ni a los dos de Emaús, cuando les contaron que se les había aparecido el Señor.

Estupor e incredulidad: ésta es la primera reacción ante la asombrosa victoria de Cristo sobre la muerte. San Marcos quiso recordarlo expresamente, porque, sin duda, este hecho encierra una gran lección para todos nosotros. Nuestra reacción espontánea y la de muchas personas a nuestro alrededor ha sido y sigue siendo la misma: estupor e incredulidad. No debemos asustamos por ello: es natural, porque la resurrección supera nuestras fuerzas y nuestra imaginación.

Pero una vez vivienciado, necesitamos experiencia de anunciarlo. En la etapa  post-pascual, la comunidad cristiana sigue escuchando el mandato de Jesús: Id y proclamad… Y la Iglesia siente que no puede menos de contar lo que ha visto y oído. Siente la necesidad de seguir proclamando la misericordia eterna del  Señor y contando sus hazañas. Especialmente la gran proeza de la resurrección de Jesús y los milagros que los testigos siguen haciendo en su nombre… ¿Sentimos nosotros la urgencia de anunciar la resurrección de Jesús? ¿Necesitamos nosotros creer y esperar en la resurrección? ¿Estamos contentos y satisfechos con esta vida presente y no anhelamos más? 

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