Parroquia La Milagrosa (Ávila)

sábado, 31 de octubre de 2015

Cómo se hace un bienaventurado o dónde encontrarlos


Dichosos los pobres
Mateo 5, 2-12

Esta fiesta puede tener para nosotros un profundo sentido religioso, si la entendemos como invitación a la unidad de todos los seres en Dios. No recordamos a cada uno de los seres humanos como individuos. Al decir todos, celebramos la Santidad (Dios), que se da en cada uno de nosotros. No se trata de distinguir mejores y peores, sino de tomar conciencia de lo que hay de Dios en todos y dar gracias por ello. El hombre perfecto no solo no existe, sino que no puede existir. Decir ‘ser humano’ lleva en sí la limitación y por tanto la imperfección en todos los órdenes. Dios no necesita eliminar la imperfección en nosotros.

Pero antes de entender esto con la cabeza, necesitamos aprender a reconocerlo con todos los sentidos. Entonces, ¿sabes reconocer a un bienaventurado? Una persona feliz, algo tendrá de diferente, ¿no? 

  • ¿será más guapa? 
  • ¿tendrá una profesión más gratificante? 
  • ¿una gran familia que le quiere? 
  • ¿seguridad, tiempo libre, una vida tranquila? 
  • ¿futuro, sueños, posibilidades, ilusiones? 

pues no, ni mucho menos

¿Queréis ver a uno? Asomaros a la televisión en la hora de los noticieros... salen todos los días:
  • A diario salvan hombre, mujeres, ancianos y niños.
  • Se les agotan los recursos, pero se resisten a no seguir cerca de los naufragios.
  • Se niegan a marcharse dejándolos a la deriva.

Si quieres ver a un dichoso lo encontraras sudando, llorando, trabajando, perdiendo, esperando, desesperando, cuidando, empeñándose, huyendo, cayendo, buscando, consolando, luchando, escuchando, compartiendo, necesitando, amando.

Puede que muchas cosas nos hagan felices, pero dichosos, solo si buscamos, luchamos, amamos... nos entregamos incondicionalmente a la causa de Jesús.

Las bienaventuranzas quieren decir que es preferible ser pobre, que ser rico opresor; es preferible llorar que hacer llorar al otro. Es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre porque les hemos negado el sustento. Dichosos, no por ser pobres, sino por no ser egoístas. Dichosos, no por ser oprimidos, sino por no oprimir. La clave sería: Las riquezas no son el valor supremo. El valor supremo es el hombre. Hay que elegir el reino del poder o el Reino de Dios. Si elegimos el ámbito del dinero, habrá injusticia e inhumanidad. Si estamos en el ámbito de lo divino, habrá amor y humanidad.

Si la pobreza es buena, por qué la evitamos. Si es mala, cómo podemos aconsejarla. Ahí tenemos la contradicción, al intentar explicar las bienaventuranzas. Pero por paradójico que pueda parecer, la exaltación de la pobreza que hace Jesús, tiene como objetivo el que deje de haber pobres. El enemigo numero uno del Reino de Dios es la ambición, el afán de poder, la necesidad de oprimir al otro. Recordad las palabras de Jesús: “no podéis servir a Dios y al dinero”. La praxis de Jesús es su vida diaria, es el único camino para entender las bienaventuranzas. El Reino de Dios es el ámbito del amor, pero para llegar a ese nivel, hay que ir más allá de la justicia. Mientras no haya justicia, el amor es falso. Ya decía Plotino: “Hablar de Dios sin una verdadera virtud es pura palabrería”

Que la fiesta de los difuntos este ligada a la de todos los santos tiene un profundo significado teológico profundo. El pueblo creyente lo ha captado muy bien. Litúrgicamente ‘los difuntos’ se celebra el día 2, pero para el pueblo sencillo, el día de todos los santos es el día de los difuntos, sin más. Ese día, muchas veces cada vez que ven la foto de sus seres queridos, o huelen, ven, reconocen un objeto o una palabra o un expresión de ellos, hacen memoria, recuerdo perpetuo, de los que viven sin estar sujetos al tiempo y el espacio. 

Así, si todo ser humano tiene un fondo impoluto (Dios), Dios tiene que amarnos precisamente por eso que ve en nosotros de sí mismo. No puede haber miedo a equivocarse. Todos son santos en su esencia, y eso es lo que se integra en Dios porque nunca ha estado separado de él. Por eso, recordar a los difuntos entraña dar gracias a Dios por todos aquellos seres humanos que han hecho posible que nosotros seamos lo que somos hoy. Este es el sentimiento religioso que se identifica con el sentimiento más humano que podamos imaginar.


sábado, 24 de octubre de 2015

No cierres los ojos - 30º Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

25 de octubre, domingo XXX del TO


Mc 10, 46-52
Jesús le preguntó: ¿Qué quieres de mí?
Contestó el ciego: Maestro, que recobre la vista

Bartimeo era un ciego de Jericó que estaba sentado a la vera del camino. Sabía que algún día el Maestro recorrería el suyo. Su ceguera le excusa de quedarse sentado. Los que podemos ver el sol que sale y que se pone, no podemos sentarnos y esperarle. Le encontraremos tan sólo caminando. Bartimeo, un exiliado, un emigrante, esperaba a Jesús. Sabía que no le iba a mandar callar, que escucharía y atendería sus necesidades y lamentos.

En nuestro caso es más bien Jesús quien espera -espera siempre-, y únicamente los que le quieren ver le encuentran. Y es fácil encontrarle para quienes le buscan, porque su luz es como la de las catedrales góticas: arco iris que satura la vista. Es iluminación, esclarecimiento interior para ver con los ojos del alma y los del cuerpo. Es experiencia de lo divino, manifestada en el amor, la paz y el sentido de unidad con el universo. El pintor Vicente Carducho nos lo brindó plasmado en el lienzo El éxtasis de Jean Birelle.

Pero la versión más humana nos la legó El Greco en su Curación del ciego Bartimeo. Unos personajes a la derecha del cuadro le reprenden instándole a no molestar al Rabbí, mientras otro vestido de verde esperanza, que está detrás de él parece sugerirle: “¡Ánimo! Levántate, te llama”. A Jesús le mueve el dolor, se compadece del sufrimiento humano y le pregunta: “¿Qué quieres de mí?”, “Maestro, que recobre la vista”, le responde.  Le toca los ojos y le dice: “Vete, tu fe te ha salvado” . Y Marcos cierra el capítulo recordándonos que al instante recobró la vista y le seguía por el camino.

Una mirada desnuda, plena de humanidad y de ternura, capaz de iluminar y cambiar vidas. La crónica de óleo no puede ser más realista. Un camino que todos nosotros recorremos. Personajes que con hechos y palabras dificultan nuestra marcha. Otros que, por el contrario, nos ayudan. Y nosotros con ellos ¿a qué estamos dispuestos? Jesús nos dice a qué y cómo.   ¿Le seguimos también por el camino como Bartimeo?

El profeta Jeremías nos anuncia que ese a qué es un pasar de la oscuridad a la luz, de la esclavitud a la libertad. Y que el cómo, consiste en iniciar un nuevo éxodo -nuevo mirar y renacer- para vivirlas en solidaridad haciendo florecer nuestro desierto. Es decir, procurando que nuestra mente deje su cojera por ausencia de ideas … , y los ojos del corazón recobren ese mirar humano que hace al hombre salir de la ceguera.

¿Son Religión y Ciencia unidas, el protocolo de la salud para el enfermo? Albert Einstein nos lo diagnosticaba de este modo: “La ciencia sin religión está coja, y la religión sin ciencia está ciega” .Inmersos en ellas nosconsubstanciamos con el mundo y avanzamos, porque los caminos se movieron siempre hacia adelante.

La mirada de Jesús ha sido siempre compasiva para con todos y con todo. Cosa que no reflejaba la del obispo de Crónica  de una muerte anunciada, del colombiano Gabriel García Márquez, como le describió uno de sus feligreses cuando fue a visitarlos: -”Ni siquiera se bajará del buque. Echará una bendición de compromiso, como siempre, y se irá por donde vino. Odia a este pueblo”.  ¿Era usted Monseñor o eran sus diocesanos los auténticos sucesores del Maestro?

Cuando miramos a Jesús en nuestros interiores, no en el nublado espejo de lo que de él nos han dicho desde los exteriores, realmente le encontramos y nos hacemos con él Uno.

Vicente Martínez
De otra manera:

El Reino de Dios estaba colapsado. En la puerta estrecha había mucha gente haciendo cola para entrar, pero no estaban las estancias preparadas (Jesús dijo que había estancias suficientes, pero había que prepararlas y los ángeles no daban abasto). Al ángel de la puerta le comunicaron, al poco, que ya estaba todo listo, pero que uno debería esperar porque había surgido un pequeño inconveniente. ¿Cómo elegir? se preguntaba y decidió:
- A ver, uno tendrá que esperar. ¿Quién cree que debe quedarse? A ver, tú ¿qué ha hecho? (había observado el ángel que parecía un poco nervioso e indeciso.
- Yo no he hecho nada. Por qué me lo preguntas a mí. 
- ¿Cómo que nada? –dijo el ángel
- Sí, nada. La verdad es que he asistido a muchísimas barbaridades: violencia, guerras y otras cosas peores. Pero yo nunca hice nada… -respondió el hombre asustado-.
El ángel volvió a preguntar:
- Pero ¿de verdad vio todo lo que cuenta y no hizo nada? pues va a ser que a usted le toque esperar, o ¿es que no escuchó nunca que estamos llamados a ser sal de la tierra y luz del mundo?
Felipe Nieto

A veces duele, a veces asusta, a veces estamos confusos, al dejarnos "sentir", porque sin oscuridad no apreciamos la luz. ¡¡¡Abre mis ojos, Señor!!!


miércoles, 21 de octubre de 2015

Octubre misionero y misericordioso


La Jornada del DOMUND de este año, que se celebró el domingo 18 de octubre, se enmarca en el contexto del Año de la Vida Consagrada, pero también en el próximo Año Jubilar de la Misericordia, que ha anunciado el Papa Francisco. Asimismo, como nos indican desde la Delegación diocesana de Misiones, “la preparación y celebración del V Centenario de Santa Teresa, o ha despertado en nosotros la preocupación misionera, el abrirnos a los demás, la solidaridad como testigos de la fe, o ha sido un año perdido”. Por ello, nos invitan de nuevo a ser misioneros, a ser Iglesia en salida, y a colaborar con la evangelización. “Una vez más afirmamos que nuestra diócesis es muy solidaria, de lo cual estamos muy agradecidos, pero debemos continuar compartiendo”.

En la campaña de misiones para el año 2014, la diócesis de Ávila consiguió recaudar un total de 368.539,42 euros, lo que supone una aportación de casi 2 euros y medio por habitante. Esta cifra se ha incrementado ligeramente con respecto al año anterior (algo más de 30.000 euros). Además, desde la Delegación diocesana de Misiones informan que este año se ha colaborado con un proyecto sanitario muy interesante sobre cirugía ocular infantil en un país africano, a la vez que continúan con la colaboración con la evangelización en Guinea.

martes, 20 de octubre de 2015

Quien y por qué cuestiona la postura del Papa ante la ecología


Alejandro Córdoba / 30.09.15 Un congresista americano dijo que estaba “avergonzado” de la posición del Papa sobre lo que llamó “falsa ciencia” del cambio climático. Este comentario no sería importante si no fuera porque los políticos actúan, muchas veces como “la voz de su amo”, defendiendo los intereses de éstos.

¿Cuáles son esos intereses?

Hay una sospecha, ampliamente extendida, que señala la existencia de un potente lobby desempeñado, especialmente, por la industria energética. Se atribuye al mismo la manipulación de diversas investigaciones orientadas a generar controversia, para lograr que la preocupación por los asuntos medioambientales y la conciencia ecológica no terminen de cuajar.

El mensaje malintencionado de ese lobby es que el calentamiento global es solamente una teoría que no ha sido probada; que el cambio climático es un ciclo natural y que el crecimiento económico es prioritario, incluso si éste va en perjuicio del medio ambiente.

La multinacional ExxonMobil, es una de las empresas a las que se ha acusado de impulsar investigaciones que generen polémica sobre el conocimiento científico acerca del efecto de la contaminación. Pero hay muchas otras.

En la actualidad los 1.000 millones de personas más pobres del planeta producen sólo el 3% de las emisiones globales, mientras que los 1.000 millones de personas más ricas provocan la mitad de las mismas.

Es ese un problema de solidaridad que el Papa Francisco ha afrontado “sin pelos en la lengua” en su encíclica sobre la ecología.

El Papa Francisco dice que debemos ser y actuar como custodios de la creación. Conscientes de que el cambio climático está, inexorablemente, ligado con el desarrollo y el progreso humano; de que los problemas se agudizarán si seguimos apostando por un crecimiento económico que no tenga en cuenta el impacto en la naturaleza de las actividades de producción y de consumo.

Propone, por ello, aceptar que la naturaleza es un capítulo importante en la vida de los pueblos; que mantener la integridad del planeta es una responsabilidad que nos atañe; que la raíz del problema ecológico tiene que ver con un modelo económico que es insostenible.

Apela a la necesidad de asumir cambios de política a nivel local, nacional y global. Y cambios, también, a nivel individual, ya que son nuestros hábitos de consumo los que determinan el futuro del planeta.

Son esos cambios los que no gustan a quienes quieren que nada cambie para poder mantener sus grandes privilegios.

sábado, 17 de octubre de 2015

El poder: fuera de servicio

Mc 10, 35-45

Marcos es el evangelista que se muestra más duro frente a lo que califica como “ceguera y sordera” de los discípulos para ver y entender el mensaje de Jesús.

La contraposición con las actitudes del Maestro se pone de manifiesto, de un modo especial, en los llamados “anuncios de la pasión”. Mientras Jesús presenta su camino como “entrega” hasta el extremo, ellos son presa del miedo o discuten por cuestiones de poder o de “importancia” dentro del grupo.

El poder, en cualquiera de sus formas e intensidades, constituye una de las tentaciones más fuertes para el ser humano. El motivo es simple: nace de la necesidad del yo de autoafirmarse. Y a él se vinculan además sensaciones (aunque ilusorias) de seguridad y de libertad. En efecto, se tiene la creencia de que, al tener más poder, uno se sentirá más seguro y podrá hacer lo que le apetezca. Si tenemos en cuenta que la persecución de tales “ideales” constituye la esencia misma del yo, nos será fácil advertir que el poder aparezca como una de las tentaciones más intensas.

¿Dónde radica la trampa? Como en cualquier otro caso, en la mentira. Todo lo que nos aleja de la verdad que somos produce necesariamente confusión y sufrimiento. Lo cual es válido también en esta otra formulación: siempre que experimentamos confusión y sufrimiento es señal de que estamos desconectados (alejados) de la verdad que somos.

Mientras estamos “entretenidos” persiguiendo las expectativas del ego, seguimos reforzando la falsa creencia que nos reduce a él. Lo cual significa aumentar la esclavitud ante las necesidades y los miedos que se fueron programando en nosotros.

La sabiduría –la verdad- que conduce a la libertad no pasa por ceder a las exigencias del ego, sino por conectar con nuestro anhelo más profundo y vivir conscientemente anclados en nuestra verdadera identidad, donde nos sentimos siempre a salvo y uno con todos.

De esa comprensión nace también el comportamiento que propone el sabio Jesús, a partir de su propia práctica de servicio y entrega: “El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos”.            


jueves, 15 de octubre de 2015

Solo Dios basta


ECLESALIA, 05/10/15.- Estoy convencido de que estas palabras las hemos oído muchas y muchos de nosotros un montón de veces y, por lo mismo, no hace falta que recuerde que son de la Santa, como así solemos llamar a Teresa de Jesús. No he podido por menos de dedicar una reflexión sobre lo que para mí significan dichas palabras al celebrar el quinto centenario de su nacimiento.

Cada vez que las pronuncio y repito me doy cuenta de que solamente una persona mística podía haberlas pronunciado. Porque si bajamos a la vida, no ya a la real, es decir a la de los quehaceres y sinsabores cotidianos, la de los sufrimientos trágicos e inhumanos muchas veces, sino a la vida de la religión o de lo concerniente a lo religioso cuesta muy mucho entenderlas.

De la misma manera es muy difícil, por no decir imposible, al menos desde mi vertiente personal, saber o por lo menos interpretar qué es lo que Teresa de Jesús quería decir con estas palabras. Aunque sea atrevido por mi parte voy a intentar presentar el Dios que ciertamente me ha hecho feliz, pues no me atrevo a decir que me ha saciado (bastado), al menos en algunas ocasiones, dejando entrever la visión contraria del mismo.

En primer lugar, me basta el Dios cuya misericordia no tiene límites. Sí, ese Dios que a pesar de mis pequeñeces y miserias continuará apostando por mí y no me dejará de su mano por mucho que yo le corresponda con una y mil fechorías. El Dios cuya justicia consiste en ser bueno siempre, en todo momento y con todas las personas; a pesar de que a la mayoría de quienes nos decimos creyentes hablar de justicia signifique casi siempre aplicar aquella vieja ley judía “Ojo por ojo, diente por diente”. Por ello acostumbro a decir que cuando uno/a descubre que Dios es esto o así ha dado un paso de gigante en ese propósito de ir descubriendo su verdadera imagen un poco más cada día.

Me basta también el Dios que no me exige sacrificios ni mortificaciones para quererme con locura. Aunque no estaría de más si fuera capaz de esforzarme cada día un poco más por dejar de mirarme un poco menos a mí para que mis ojos se proyectasen hacia los demás, especialmente hacia quienes más necesitados y necesitadas puedan estar en el momento. Ese mismo Dios que entiende bien poco, mejor dicho, nada, de cumplimientos ni de rituales. Aunque sí que le alegraría, por qué no decirlo, que yo hiciera todo lo posible por tener una mente limpia y clara y un corazón abierto y siempre disponible.

Me basta el Dios que hace sentirme hijo suyo, no esclavo ni siervo. Pero no para quedarme con ello tranquilo y a gusto, sino para que dé los pasos que hagan falta con tal de descubrir que todo hombre y mujer son mis hermanos y hermanas. Ese Dios que me quiere libre por encima de todo; pero no con cualquier tipo de libertad, sino con aquella que me lleva a vivir el proyecto del Reino que Jesús anunció y testimonió con su vida.

Me basta finalmente el Dios que he aprendido de Jesús, en contraposición al Dios de las devociones y de los sentimentalismos sin que ello quiera decir que siempre son malos ni mucho menos. Ese Dios al que le hablo de tu a tu, precisamente como lo hacía Jesús con tanta frecuencia, a pesar de que no siempre le preste la atención que tanto me ayudaría a ver mucho más claras tantas y tantas cosas.

Debo confesar que desde una vivencia así, solamente “Dios basta”. ¿Por qué no pensar que esta fue la experiencia de Teresa?

JUAN ZAPATERO BALLESTEROS, sacerdote, zapatero_j@yahoo.es
SANT FELIU DE LLOBREGAT (BARCELONA).

Un Dios que humaniza


Comenzamos una nueva sección Palabra y Poética. En la gran herramienta pastoral de Internet de Fe Adulta, cada semana Vicente Martínez se acerca al evangelio dominical con la fe, la Palabra y la poesía para ofrecer reflexiones que se entiende con el corazón más que con la cabeza, reflexiones que son para leer más que para predicar. Esperamos os sirvan para meditar y orar.  

Un Dios que humaniza
Escrito por  Vicente Martínez

-“En esta reciprocidad, Dios se hace hombre, se humaniza, y el hombre se hace Dios, se diviniza”  (Alphonse et Rachel Goettmann)


18 de octubre, domingo XXIX del TO


Quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor; y quien quiera ser el primero que se haga esclavo de todos. Mc 10, 35-45


Seguir a Jesús es ante todo una opción de vida, e instituyó el servicio como un requisito fundamental para considerarse cristiano: amar y servir son los signos. En la novela San Manuel Bueno de Miguel de Unamuno, el protagonista, párroco de su aldea, ayudaba a los feligreses en todo cuanto podía. Era el alma del pueblo, el personaje que tomaba todas las iniciativas. Una cura muy activo que siempre quería estar haciendo algo. Estrecho colaborador del médico y del maestro, se interesaba por la vida de todos, tanto espiritual como materialmente.

Don Miguel utilizó en su relato el simbolismo del nombre bíblico Emmanuel –“Dios con nosotros”- y lo aplicó a Manuel Bueno. Su coadjutor y continuador de su obra, Lázaro, dijo esta frase, que pone de manifiesto la tarea misionera que debe primar en la agenda de todo fiel cristiano: “Él me hizo un hombre nuevo, un verdadero Lázaro, un resucitado. Él me dio la fe”. Es evidente que San Manuel era “el forjador de una nueva religión, nueva no por su forma, sino por su interioridad”, como le retrató el ilustre Rector de Salamanca.

Jesús se humaniza haciéndose niño y proponiendo a sus discípulos que para entrar en el reino es necesario hacerse como ellos.  Sandor Marai nos señala en su novela El último encuentro, el camino dela reflexión para lograrlo: “Estuvieron largo rato sentados así al pie de la higuera. Escuchaban el mar: su rumor les era conocido. Murmuraba como murmuran los bosques de su patria. El niño y la nodriza pensaron que todo estaba conectado con el mundo”.

Una conexión que el mundo real no siempre nos permite establecer con el entorno. El dramaturgo rumano Eugène Ionesco (1909-1994) nos manifiesta este absurdo en su obra La cantante calva, donde dos de los protagonistas, que han venido de Manchester a Londres en el mismo compartimento del mismo mismo tren, que residen en el mismo piso del mismo edificio, que viven en la misma habitación y se acuestan en la misma cama, no llegan a convencerse de que se conocen y  que, probablemente, son marido y mujer. Ionesco nos presenta a dos típicos cónyuges que, a pesar de que llevan varios años casados, no han llegado a conocerse. Y pretende decirnos que los seres humanos estamos aislados, sin lograr nunca conocernos realmente aunque vivamos juntos en la más íntima relación.

Esto que tan difícil nos parece a nivel personal, ocurre en grado sumo si lo consideramos en la perspectiva de relaciones entre países, continentes y espacios siderales. Posiblemente Rubén Darío lo atisbó en estos versos de su poema Cantos de Vida y Esperanza:

“La torre de marfil tentó mi anhelo,
quise encerrarme dentro de mi mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo
desde las sombras de mi propio abismo”.

Se es cristiano en la medida que uno se humaniza; peculiaridad generada por sí mismo y el entorno, en aquel “yo soy yo y mis circunstancias” orteguiano. Jesús lo atribuyó a un Dios Amigo que asume la tarea de la humanización del hombre desde fuera. Una creencia hoy escasamente sostenible. El Evangelio nos oferta este domingo una vía nueva: seguir al Maestro en su propuesta de servicio a los demás, de entablar relaciones positivas con los restantes seres del mundo y, en primer lugar, con nuestros semejantes: “En esta reciprocidad, Dios se hace hombre, se humaniza, y el hombre se hace Dios, se diviniza”, como apuntan Alphonse et Rachel Goettmann.

En su película El Maestro de música (1987), el director belga Gérard Corbiau nos presenta a su protagonista Joachim Dallayrac como un maestro de la vida  que enseña a sus dos jóvenes alumnos Sophie y Jean, que la felicidad no se halla fuera de nosotros. Es algo que vive en lo más hondo de nuestro corazón, y es ahí donde tenemos que buscarla. El cineasta contrapone a esta visión profunda de la existencia, la propuesta superficial del príncipe Scotti: un palacio suntuoso, ostentación del poder y del dinero, brillo y reconocimiento social.

La Iglesia se humaniza cuando el Papa Francisco, su máximo representante, después de despedirse en Washington C.D. (24 de septiembre 2015) con un suculento discurso pronunciado ante el Congreso, salpicado de referencias a los pobres, se fue a comer con ellos en Caridades Católicas, un austero plato del día: pollo con fideos.


Eterno Génesis del Caos,
de humus de la Tierra a Pan del Cielo.
Nace del lodo el Lotus,
y abre sus pétalos a Helios.

En el hogar, mientras camina,
la Humanidad teje su Pan y su Sarmiento.
Lo vendimia, lo siega,
lo amasa y lo conforma con fermento…

Espíritu y Materia
en el altar del Universo.

La terrenal cocina hizo el milagro.

Dios, el Alimento.

(EN HIERRO Y EN PALABRAS, Ediciones Feadulta)


Fuente: feadulta

miércoles, 14 de octubre de 2015

Vida breve de Santa Teresa de Jesús


Teresa nació el día 28 de marzo de 1515 en Ávila. El padre de Teresa se llamaba Don Alonso Sánchez de Cepeda y fue un caballero castellano de origen judeoconverso. Don Alonso vino con su familia desde Toledo hasta Ávila. La madre de Teresa se llamaba Doña Beatriz de Ahumada de las Cuevas. Doña Beatriz era una cristiana de la nobleza y venía de Olmedo.

Don Alonso era viudo antes de casarse con Doña Beatriz y ya tenía 3 hijos. Doña Beatriz y Don Alonso tuvieron 9 hijos más, así que Teresa creció en una familia numerosa: 9 chicos y 3 chicas. Teresa fue bautizada el 4 de abril de 1515 en la parroquia de San Juan, en Ávila.

Teresa prefería jugar con su hermano Rodrigo. Juntos leían libros de caballerías, vidas de santos y construían en el jardín pequeñas iglesias con piedras. Teresa y Rodrigo llamaban a estas iglesias “Palomares de la Virgen”. Los dos niños hacían algunas travesuras; por ejemplo, un día Teresa propone a Rodrigo escaparse juntos de casa para huir a tierra de moros y sufrir martirio juntos. Para Teresa esta era la forma más segura e ganar el cielo. La aventura terminó cuando su tío Francisco les encontró cerca de un lugar llamado “Los Cuatro Postes”. Francisco llevó a los niños de nuevo a casa.

Cuando Teresa tenía 13 años murió Doña Beatriz, su madre. Teresa sentía un gran vacío por esta pérdida; por eso pidió protección a la Virgen. También pidió a la Virgen que fuera su madre y maestra.

Teresa entró interna con las monjas agustinas en el Convento de Nuestra Señora de Gracia con 16 años, por deseo de su padre. Allí conoció a su maestra, Doña María Briceño. Teresa admiraba mucho a Doña María. Teresa estuvo en este convento un año y medio y volvió a casa porque estaba enferma. El padre de Teresa la llevó para curarse a casa de su hermana María, en Castellanos de la Cañada. Antes de llegar a su destino, Teresa pasó unos días en casa de su tío Pedro, hermano de su padre. Este encuentro fue muy importante para Teresa porque Pedro le mostró unos libros. Esos libros y la experiencia vivida con las monjas llevaron a Teresa hacia la vocación religiosa. Teresa regresó a Ávila y allí visitaba con frecuencia a una amiga, Juana Juárez. Juana vivía en el Monasterio de la Encarnación.

Teresa quería ser monja pero no tenía el permiso de su padre. Por este motivo Teresa se escapó de nuevo de casa el 2 de noviembre de 1535, esta vez con otro hermano suyo. El hermano de Teresa quería ser cura en el Monasterio de Santo Tomás. Finalmente Don Alonso dio permiso a Teresa. El día 3 de noviembre de 1536 Teresa recibió el hábito de la Orden del Carmelo, a los 22 años. Poco tiempo después Teresa enfermó de nuevo en el Monasterio de la Encarnación. Su padre, Don Alonso, consultó a varios médicos sin obtener un resultado claro. Por este motivo Don Alonso decidió llevar a Teresa al pueblo de Becedas. La gente decía que allí había una curandera muy buena. Sin embargo, las medicinas tampoco sirvieron. Teresa pasó bastante tiempo fuera del Monasterio y, cuando volvió, enfermó de nuevo. Sólo mejoró después de pedir protección a San José.

La vida de Teresa siguió en el Monasterio de la Encarnación. Ella quería mejorar su oración y lee el libro llamado “Confesiones de San Agustín”. Entonces llegó una escultura de Cristo herido al  Monasterio. Teresa medita delante de ella y descubre la necesidad de cambiar su vida para dársela a Cristo de una forma más intensa.

Teresa debe abandonar de nuevo el Monasterio. En esta ocasión vive un tiempo en casa de su amiga Doña Guiomar de Ulloa.

Teresa conoce allí nuevas personas que influirán en su vida; por ejemplo, Teresa conoce al franciscano Pedro de Alcántara, que piensa y siente lo mismo que ella. Después de este encuentro ella siente ganas de hacer cambios en la Orden del Carmen.

Teresa no estaba de acuerdo con la forma de vida de las monjas en ese momento. Por esta razón decide crear un nuevo convento bajo el voto de pobreza. Así, el convento es otra vez igual que al principio. El camino para crear este nuevo convento no fue fácil. Teresa encontró importantes ayudas. Sin embargo algunas personas estaban en contra de ella, por ejemplo la mayoría de las monjas de la Encarnación y varios vecinos de Ávila. A pesar de todo, la campana del nuevo Convento de San José sonó por primera vez el 24 de agosto de 1562. 

Teresa cambia después de crear el Convento de San José y vivir con las nuevas normas: Teresa tiene entonces más ganas de crear nuevos conventos. Ella y un pequeño grupo de monjas viajan por España y crean 17 nuevos conventos. 

Teresa murió en Alba de Tormes el 15 de octubre de 1582, a los 67 años. Teresa es importante por su labor religiosa y también por fundar muchos conventos nuevos. Además, Teresa es una gran escritora del siglo XVI. A pesar de su poca formación escribió libros muy importantes: El Libro de la Vida, Camino de Perfección, Las Moradas y Las Fundaciones. Teresa pasó a la historia como “Santa Teresa de Jesús”, ya que fue nombrada “Santa” en el año 1622. También fue la primera mujer elegida “Doctora de la Iglesia” en 1970.

lunes, 12 de octubre de 2015

Francisco, párroco de La Milagrosa


Francisco, nuestro nuevo párroco, lleva entre nosotros unas semanas, pero el día 10 de octubre, en la eucaristía de la tarde, tomó posesión de la encomienda de manos del arcipreste de Ávila, D. Sebastían. La acción de gracias vino acompañada de Palabra y palabras, de signos especiales, bendiciones, oraciones, pero como dijo nuestro párroco, de comunidad, de visisibilizar la comunidad de comunidades en torno al altar como expresión de comunión. Hoy, dijo, no es mi toma de posesión, hoy es la toma de posesión de toda la comunidad; un tiempo de gracia que habla de renovación, de camino, de hacer todas las cosas nuevas, de ser todos cooresponsables de la vida parroquial: en la comunión, en la liturgia, en la enseñanza, en la misión y el servicio.











Escuela para la vida


IDEO, 05/10/15.- Dicen, se oye, se comenta… que parece que algo está cambiando en educación, que hay  escuelas que ya no trabajan con libros de texto, que trabajan por proyectos, que las niñas y niños son el centro y que el aprendizaje es significativo, ¿Será verdad?

Pues sí, sí, nada más real que esto es lo que está pasando en algunas escuelas y puedo hablar con conocimiento de causa, porque soy maestra en Escuela Ideo donde así se trabaja, donde la educación es una herramienta esencial para hacer futuro, donde las niñas y niños son parte de un proceso de preparación para la vida…

Quizás valga más un ejemplo que mil teorías para ver que quiere decir eso del aprendizaje significativo ¿será que pueden alcanzar objetivos curriculares disfrutando? No solo pueden alcanzar objetivos estipulados en el curriculum sino que se logran objetivos esenciales, esenciales para la vida, para crecer como persona.

El otro día salimos al huerto con los de mi clase (4 años tienen). Tenemos huerto, sí, es uno de los valores de Escuela Ideo. Y al volver de la actividad tome conciencia de la riqueza del método con el que trabajamos. Quizás dicho así, suene como que salir al huerto es algo vacío de contenido y sentido. Pues nada más alejado de eso. Aunque el mero hecho de salir al huerto, ya solo esa actividad en si misma, creo que aporta mucho por el hecho de estar en un espacio diferente al aula, en contacto con plantas, algunos insectos… Fue una actividad llena de contenido, sentido y en la que una vez más se puso de manifiesto como motivando a las niñas y los niños el aprendizaje es mucho más sencillo.

Antes de salir al huerto, escribimos en la pizarra la palabra HUERTO, en ella vimos letras conocidas, jugamos con alguna letra (el tan dramático dilema de la lectoescritura se convierte en un juego sencillito para salir al huerto). En el huerto nuestros sentidos se abrieron al fantástico mundo de las plantas y los bichos, tocamos la tierra, la sentimos, plantamos, olimos, vimos plantas, insectos, distinguimos colores, texturas, cantamos una canción y recogimos alguna zanahoria que quedaba plantada, las lavamos y las comimos… todo de la mano de nuestro amigo Pablo, quien se encarga del huerto (¡ah sí! , es que también creemos que educar es más productivo si, como dice un proverbio africano, lo hace la tribu). En una “sencilla” actividad se trabajaron todas las competencias y las niñas y niños desarrollaron todas las inteligencias en mayor o menor medida.

Y sí , es por eso que estoy tan orgullosa de trabajar en un colegio así, es por eso que apuesto por una educación diferente, porque la actividad del huerto (en la que las niñas y niños disfrutaron muchísimo) es solo un ejemplo de como se puede aprender disfrutando, como se puede crecer amando lo que haces.

Educar para la vida es una labor costosa, que requiere de mucho esfuerzo por parte de las/os docentes, pero también es verdad, que queriendo y poniéndole ganas educar es un regalo. Y sino venid a Ideo.

A mis compis de Ideo y en especial a Pablito.

Carmen Almansa 
(Maestra de Infantil, Escuela Ideo),
en el Día Mundial del Docente.

sábado, 10 de octubre de 2015

Bueno, bonito ... gratis (domingo 28 TO)




M. Luter King dijo: Más que las palabras de los violentos, temo el silencio de los buenos. ¿Qué se puede hacer con los indecisos? Los logran descubrir que no están haciendo las cosas bien pueden cambiar y los buenos mejorar, pero los indecisos ni para atrás ni para delante.


Jesús lo miró con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme.
Mc 10, 17-30

El texto del evangelio, pese a su aparente sencillez, es portador de una complejidad más fruto de nuestras mejores intenciones a la hora de actualizarlo, que a lo que realmente es su contenido. Nos equivocamos cuando intentamos sacar una norma general de una propuesta personal de Jesús a las demandas de un joven. Nos equivocamos cuando tratamos de ver en la narración un camino para la salvación individual porque eso lo hacemos desde el "ego". Nos equivocamos cuando concluimos que los ricos se condenan y los pobres se salvan. Nos equivocamos cuando pensamos que lo verdaderamente importante es la pobreza espiritual. Nos equivocamos cuando simplificamos diciendo que las riquezas a las que se refiere el evangelio son solo las injustas. Nos equivocamos cuando leemos interpretamos el seguimiento de Jesús a cinco o seis marchas como los coches (montando una escala de los que lo hacen perfecto el seguimiento metiendo la directa y los que van lentos porque ponen la corta). Mejor es leer otra vez el texto después de haber visto el vidio. 




Y ahora sí, para actualizarlo no nos queda otra que imaginar: Un día Jesús estaba predicando en un pueblo; al acabar sus palabras se dirigió a las afueras del pueblo para disponerse a partir para otro sitio. Allí le esperaba un joven que lo había escuchado con deleite. Se le acercó y le dijo: Maestro, quiero seguirte. Jesús lo mandó a despedirse de su familia y a recoger sus cosas, le esperaría allí mismo.

Aquel joven fue a su casa, se despidió de su familia y metió en su coche aquello que le parecía imprescindible: el móvil, el vídeo, el compacto, sus libros, su ordenador, sus máquinas, sus cheques y papeles, ropa de moda, zapatos, camisas… no metió a su novia porque aún no la tenía. Y se fue a las afueras del pueblo.

Al verlo Jesús le dijo: ¡Dónde vas!, ¿no ves que yo voy andando y si tú vas en coche correrás más que yo y llegarás a los pueblos mucho antes? Así no puedes seguirme, sino ir por delante.

Pues te iré buscando aposento, sugirió el joven. Jesús le dijo: tu seguro que sabes que el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza. Bueno, bueno, vuelve a casa y deja todo eso si quieres seguirme.

[Y es que siempre hay algunos que quieren correr más que Dios]

El joven volvió a su casa y dejó el coche, pero siempre hay cosas de las que parece imposible desprenderse. Sacó su mochila más grande y la llenó de aquellos libros de las grandes ocasiones (si llega a ser religioso seguro que no le faltan la Biblia y el Breviario), aquella música, la ropa, las fotos, el seguro, las tarjetas de crédito y por supuesto el móvil. La mochila realmente era impresionante, pero cabía todo aunque pesase. Otra vez fue a las afueras del pueblo.

Jesús al verle, sonriendo ahora, le dijo: ¿Pero no me entiendes?, así tampoco puedes seguirme, con todo ese peso, llegarás a los sitios dos o tres días más tarde. Quedarás enseguida descolgado y te perderás todas mis predicaciones, interrumpirás la marcha. Anda vuelve a casa y deja tu mochila.

[Y es que siempre hay algunos que quieren que Dios camine a su paso]

El joven, entristecido, volvió a casa y dejó su mochila. Tuvo una idea y pensando que el Maestro ni se enteraría, metió en sus bolsos su chequera, sus tarjetas, su cartilla de la Seguridad Social. Quién sabe si por esos caminos podían quedarse sin comida, o tendría que volverse, o caería enfermo y además el Maestro no se daría ni cuenta. Y por tercera vez se fue hacia las afueras.

Jesús le miró a la cara y el joven se puso rojo. Suspirando profundamente, le miró con ternura y le dijo: Amigo, donde vamos, no hay cajeros automáticos, nosotros no solemos visitar los Bancos y no me has oído muchas veces que el que quiere conservar su vida, la pierde. Si quieres estar seguro, quédate en casa, así no puedes seguirme.

Por fin el joven fue a casa y lo dejo todo, se presentó ante Jesús sólo con la ropa puesta: los vaqueros y la camisa; y le dijo: ¡Ahora sí podré seguirte, no traigo nada!

¿Qué pensáis que le respondió Jesús?, seguro que pensáis que le dijo que sí...

[Ojo, tenemos metidos en la cabeza ciertos conceptos raros sobre los hombres y sobre la pobreza]

Pues Jesús le dijo: Vuelve a tu casa y cuando hayas limpiado de tu corazón el apego a las cosas, tus seguridades ficticias, tu egoísmo, tu afán de posesión, tu…; entonces podrás seguirme. Yo pasaré por aquí dentro de un año aproximadamente, trabaja hasta entonces.

Y aquel joven marchó contentísimo y alegre a su casa, porque aquella tarde el Maestro, le había hecho ver todo lo que importa (Adaptado de Julio César Rioja).

Y es que, la propuesta de Jesús no conlleva ninguna renuncia. Si, al llevarla a la práctica, tenemos la sensación de perder algo, es que no hemos comprendido nada. No se trata de renunciar a nada sino de elegir el camino que me lleve a la plenitud que puedo alcanzar como ser humano. Como seres limitados, elegir un camino lleva consigo el renunciar a ir en otras direcciones. En contra del sentir de la mayoría, el renunciar a tener más no es de tontos, sino de personas muy despiertas. La sabiduría consistiría en acertar en la elección.

viernes, 9 de octubre de 2015

Si fuera limpio de corazón...



Esta mañana mi oración ha sido así. Con una foto de una amiga mía con su hijo (real, sin arreglos ninguno), la lectura del evangelio y un salmo que me han enviado a uno de los grupos de WS. La comparto con vosotros:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,15-26):

En aquel tiempo, habiendo echado Jesús un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. 


Si yo fuera limpio de corazón descubriría…

Que todos somos obra de Dios, llevamos algo de bueno en el corazón.
Que todos valemos la pena, y nos queda algo de la imagen de Dios.
Que a todos hay que darles otra oportunidad.

Que todos somos dignos de amor, justicia, libertad, perdón.
Que todos somos dignos de compasión, respeto y de muchos derechos.
Que todas las criaturas son mis hermanas.
Que la creación es obra maravillosa de Dios.

Que no hay razón para levantar barreras, cerrar fronteras.
Que no hay razón para ninguna clase de discriminación.
Que no hay razón para el fanatismo y para no dialogar con alguien.
Que no hay razón para maldecir, juzgar y condenar a nadie.
Que no hay razón para matar, ni para el racismo.

Que todos los ancianos tienen un caudal de sabiduría, y los jóvenes, de ideales.
Que los adolescentes tienen un caudal de planes, y los niños, de amor.
Que las mujeres tienen un caudal de fortaleza, y los enfermos, de paciencia.
Que los pobres tienen un caudal de riqueza,
y los discapacitados, de capacidades.

Que hay razón para tender puentes, dar a todos la paz, trabajar por la paz,
amar y defender la creación.
Que hay razón para ser hermanos y seguir siendo amigos.
Que hay razón para sonreír a todos.
Que hay razón para dar a todos los buenos días, dar a todos la mano,
intentar de nuevo hacerlo todo mejor.

Que hay razón para seguir viviendo, para vivir en comunidad.
Que hay razón para prestar un oído a lo que dicen los demás.
Que hay razón para servir, amar, sufrir.
Que hay razón para muchas cosas más.

sábado, 3 de octubre de 2015

Unidos en el amor (domingo 27 TO)


Dios los hizo hombre y mujer (…) y los dos se hacen una sola carne. (…) Así, pues, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre (Mc 10, 2-16)

Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal (F. Nietzsche)

Bastante complicado está hacer hoy exégesis del evangelio. La pregunta que le hacen a Jesús para pillarle en algún renuncio, no es ningún legalismo absurdo de los judíos, sino una pregunta esencial sobre cómo y cuál debería ser el marco ideal para que las personas, como individuos, puedan alcanzar un desarrollo integral y humano que dé respuesta a la igual dignidad de cada uno y a la innata necesidad de vivir asociados, no solo para que la vida sea más fácil, o para conseguir protección o ayuda, sino para tejar relaciones empezando por lo más básico: Amar a otra persona como diferente nos ayuda a que las dos crezcamos.

Decía que es difícil valorar la propuesta que hacen unos y otros en esta página del evangelios, porque cada tiempo ha concretado un modelo de la manera ideal para el mejor desarrollo del ser humano. Por eso, de este pasaje tenemos que sacar lo esencial: la importancia del amor y la intuición de que Dios, por medio de su acción creadora, va colocando junto a nosotros a otras personas con las que juntos hacer camino.

Así, en nuestro tiempo los modelos se multiplican y aunque la pluralidad que hemos conquistado es una riqueza, no está exenta de peligros cuando nos arrimamos a los extremos. El Papa Francisco nos lo advierte sobre acercarse exageradamente a uno de los polos: Esta revolución de las costumbres y la moral ha enarbolado a menudo la bandera de la libertad -entre comillas- pero en realidad ha traído la devastación espiritual y material a innumerables seres humanos, especialmente a los más vulnerables

Al otro extremo está el exagerado conservadurismo, mal entendido, que hace valer más lo institucional que la persona al valora más que el amor y la unidad entre una pareja, las reglas del juego que hemos diseñado para que ambos y ambas consiga sus fines. Por eso, este debate social y religioso que nos traemos al respecto de cómo tienen que ser las primeras puntadas del tejido social, porque en la unión de dos seres que se atraen y deciden unir sus vidas están en juego cuatro pilares del edificio donde se puede desplegar una verdadera humanidad: la necesidad de no estar solo, el despliegue del regalo de la sexualidad, el amor y la familia.

Por lo tanto, en nuestro tiempo no se trata de si el matrimonio cristiano es para todo la vida o no. No nos confundamos. Lo que hace al matrimonio indisoluble es el amor, no el sacramento. 

La fuerza del amor que todo lo cree, todo lo escusa, todo lo soporta, todo lo espera (I Cor 13) sostiene y proteja todos los entramados relacionales de las personas, desde los más básicos (pareja, amigos, comunidad), hasta los más amplios (comunidad humana, mundo). En todos puede haber un descosido, pero cuando esto sucede en el tejido familiar donde la convivencia es directa y las distancias muy cortas, es fácil salpicar a los próximos de dolor, amargura, desencanto; entonces, puede ser tan grande la desafección que puede que sea inevitable la ruptura.

Por esto mismo, tan importante es cuidar de esas primeras puntadas, como de las últimas. Estar muy atentos a cómo solucionamos el desarrollo personal en opción de vida, para extender lo esencial de lo primario a todos los ámbitos relacionales que construyen sociedad a golpe de amor, entrega, generosidad y sacrificio, para que trabajemos todos juntos por un mundo mejor donde las únicas diferencias sean las que nos hacen únicos a los ojos de Dios y nuestros hermanos y hermanas, los hombres y las mujeres, junto a los cuales escuchamos el querer del Padre y nos ponemos a trabajar, guiados por el Espíritu, en la construcción del Reino que comenzó Jesús. 




viernes, 2 de octubre de 2015

Seguirán viniendo y seguirán muriendo, porque la historia ha demostrado que no hay muro capaz de contener los sueños



La historia y la memoria nos muestran que las guerras, tragedias y catástrofes producen siempre una masiva y dramática huida de hombres y mujeres, niños y ancianos. A lo largo del tiempo los hemos llamado migrantes, asilados, desplazados, refugiados… La actual situación de su llegada a través de Europa exige ante todo la solidaridad de los gobiernos, de las instituciones públicas y de la ciudadanía consciente y comprometida, para disminuir en lo posible el sufrimiento de esas miles de personas y de las que seguirán llegando si no se abordan políticamente las causas de estos éxodos humanos. Pues la situación no es coyuntural, sino estructural y su solución no reside sólo en adoptar medidas rápidas de emergencia, sino en afrontar un cambio a fondo respecto a la inmigración, al derecho de asilo y el respeto efectivo de los Derechos Humanos aquí y en todas partes.

Recordemos que no estamos ante algo nuevo, por desgracia, sino ante una situación permanente en muchas áreas del mundo. Son muchos millones los inmigrantes, desplazados y refugiados que buscan o encontraron ya un lugar mejor para vivir, y de los cuales sólo una mínima porción llega a Europa, aunque eso despierta alarma social y fuertes medidas de control. En nuestra Fundación SEVILLA ACOGE cumplimos ya 30 años de presencia entre ellos y sabemos que nadie emigra o huye de su país por capricho, sino que se trata de víctimas de desplazamientos forzosos para salir de un estado de necesidad. Necesidad causada por la enorme desigualdad que aumenta sin cesar entre nuestro mundo enriquecido y sus países de origen.

De ahí que una verdadera política de inmigración y de asilo debería actuar sobre las causas de esa desigualdad, es decir, sobre las causas de las guerras, la miseria, la enfermedad, el desempleo, los débiles medios educativos, los criterios patriarcales y los fanatismos, el déficit de libertades y derechos, etc. Por eso, la primera proclama de nuestros responsables políticos y de los ciudadanos conscientes debiera ser la defensa del derecho a no emigrar nunca por la fuerza de la necesidad, y defender en el mundo unas condiciones de vida que nivelen el foso de las desigualdades existente entre el centro y la periferia; así nadie saldría de su país forzado, sino libremente si lo desea. Es cinismo político e hipocresía social si sólo se acogen a quienes huyen del fuego, pero no se adoptan los medios necesarios para apagar los incendios provocados en tantas partes del mundo. De modo que, si no vamos a las causas, de poco sirve lamentar y paliar en algo las consecuencias.

No estamos ante una crisis humanitaria pasajera, sino ante el resultado del fracaso de unas políticas centradas sólo en el control de los flujos migratorios mediante inversiones millonarias para financiar sus dispositivos (Frontex, Eurosur), vigilar fronteras (Melilla, Ceuta, Italia, Grecia, Mediterráneo), la restricción de derechos a inmigrantes (devoluciones en caliente, negación de tarjeta sanitaria, etc.), la eliminación del 80% del presupuesto estatal para cooperación al desarrollo, etc…

No estamos ante una crisis de refugiados que cesará cuando termine la guerra en Siria, sino ante los resultados de una política geoestratégica de la OTAN, de los intereses de EE.UU en la zona, de los fundamentalismos político-religiosos de los países árabes y otros, del conflicto interminable en Israel-Palestina, de la invasión neocolonial de gran parte de África por poderes económicos multinacionales, de terrorismos diversos, etc. La magnitud de los conflictos provoca que la emigración no sea algo pasajero, por lo que la gente seguirá saliendo o huyendo de allí donde es muy difícil vivir. No habrá suficientes muros ni alambradas con cuchillas que los detengan. “Seguirán viniendo y seguirán muriendo, pero no hay nadie capaz de contener los sueños”. Por ello, cumplamos unos y otros -gobiernos y ciudadanos conscientes- con nuestras obligaciones humanitarias, pero sin olvidar el deber de conocer y denunciar las causas y a sus responsables y exigir sin cesar un orden mundial justo.

En muchos lugares crece el clamor ciudadano de personas y organizaciones de todo tipo y se multiplican innumerables iniciativas de ayuda ante la llegada imparable de refugiados a Europa. Ante este empuje cívico, los Gobiernos, a remolque y de mala gana, quieren asumir algunas medidas de acogida. Ojalá que toda esa reacción positiva sirva para cambiar las políticas de asilo -y también las de inmigración- en la Unión Europea y concretamente en nuestro país. Es un sarcasmo hipócrita mostrarse generosos con unos y duros con otros. Sería una cruel paradoja tratar a los refugiados como sujetos de derechos, pero negárselos al mismo tiempo a las personas inmigrantes, tanto a las que llevan años viviendo aquí como a todas las que calladamente siguen llegando. Por eso, queremos ver cuánto tiempo durará esta toma de conciencia del drama humano de la emigración y cuál será el impacto real sobre las decisiones de nuestros gobernantes, no sólo a corto sino a largo plazo.

La Fundación Sevilla Acoge, tras tres décadas haciendo acogida de personas migrantes, continúa en ese compromiso. Y ante la actual situación de emergencia humanitaria, está unida  con las diversas iniciativas ciudadanas que se están implantando en nuestra ciudad. Queremos una ciudad comprometida con los Derechos Humanos no sólo ahora sino siempre y en cualquier circunstancia humanitaria