Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 17 de marzo de 2015

Íntegros y obedientes (Jueves de la 4ª Semana)



Yo he venido en nombre de mi Padre
(Juan 5,31-47)

Los seres humanos muchas veces queremos justificamos o engrandecemos. Y, para ello, hablamos mucho de nosotros mismos, testimoniamos en nuestro favor, lo cual más bien rebaja que aumenta nuestra credibilidad. Otras veces nos apoyamos en nuestros amigos o partidarios. Y así nos hacemos todos dependientes unos de otros.

Jesús, en cambio, dice expresamente que no depende del testimonio de ningún ser humano. Jesús se apoya en el testimonio, en la palabra y en la fuerza del Padre. Ésta es la fuente íntima de su manera de actuar y de toda su persona. El Padre es quien le da la fuerza y la luz que necesita y, así, le hace totalmente libre de las modas, las ideologías y las presiones del exterior.

Pero además del testimonio invisible del Padre, Jesús goza también del testimonio bien visible de sus obras, que no son sólo sus milagros, sino también sus palabras, totalmente acordes con las Escrituras y con la voluntad del Padre. Éste es el gran ideal para nuestros criterios y nuestra conducta.


Hizo lo que le había mandado

(Mateo 1,16.18-21.24a)

Hoy, al celebrar la fiesta de san José, podemos encontrar en él un modelo de hombre íntegro al estilo de Jesús. Ante lo que podía ser un tremendo desaguisado en su proyecto de vida pensado y soñado, solo obedece el querer misterioso de Dios y, apoyado solo en él, hizo lo que le ha mandado.

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