Parroquia La Milagrosa (Ávila)

viernes, 20 de marzo de 2015

La misericordia se ríe del juicio (Lunes de la 5ª Semana)



El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra
(Juan 8,1-11)

El joven profeta Daniel, lleno del Espíritu de sabiduría, de valentía y de libertad, fue capaz de salvar a una persona inocente, a la casta Susana. Así se convirtió en figura del Salvador. En realidad, en una pálida figura. Pues si Daniel hizo de abogado defensor de una inocente, Jesús desempeñó un papel más difícil: el de abogado defensor de una persona culpable, y la salvó de morir apedreada según la pena reservada a las adúlteras (no a los adúlteros).

Cuidado con lanzar acusaciones, tanto si son falsas como si son verdaderas. No porque dejemos al descubierto nuestros propios agujeros, fallos, errores; más bien porque así nos lo enseña Jesús que no condena ni acusa a nadie. Ni a la mujer ni a los otros que viene preparados y dispuestos a hacer que las piedras realicen sobre el cuerpo de la mujer el trabajo de la justicia y restablezcan el orden.

A la mujer le dice que se vaya en paz y que no peque más. A ellos les invita sólo a mirar sus propios cuartos trasteros y a tomar conciencia de que tienen ellos mismos mucho que limpiar. Y, ¿que nos dice esto a nosotros? Dos cosas: primer, que la misericordia se ríe del juicio (Santiago 2, 13) y aunque sea solo por interés, para que también a nosotros nos den una segunda oportunidad cuando nos toque (que serán muchas), nos conviene ser muy misericordiosos y dar siempre una oportunidad a nuestros hermanos y hermanas; y segundo, no estamos para acusar a nadie sino para celebrar juntos la alegría del perdón, para escuchar juntos, todos, la voz de Jesús que nos dice: Vete en paz y no peques más.

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