Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 3 de marzo de 2015

Un Dios para tu hermano (Jueves de la 2ª Semana)


Si no escuchan a Moisés, no harán caso ni así resucite un muerto
(Lucas 16, 19-31)

Jesús tomaba el tema de sus parábolas de la vida cotidiana de aquella época: de la siembra y la cosecha, del criado incapaz de pagar sus deudas, etc. El pobre Lázaro de la parábola de hoy formaba parte también de la vida real de aquella sociedad: sería uno de tantos labradores endeudados o sin posibilidad de pagar el arriendo de las tierras en las que se ganaban el sustento, uno de los muchos que se quedaban sin tierras, sin trabajo y sin pan.

Contra esta situación tan injusta, en el Antiguo Testamento se había instituido el jubileo, gracias al cual cada cincuenta años las tierras debían volver a sus antiguos dueños. Pero los jubileos no se cumplían, a pesar de que formaban parte de la Ley de Moisés. Por eso termina la parábola diciendo: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto. Y la Primera carta de san Juan añade: El que no ama a su hermano, a quien ve, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ve? El Señor nos recuerda hoy que todos los seres humanos son hijos de Dios, que todos nosotros somos hermanos y debemos tratarnos como hijos del mismo Padre, un padre que tiene como principio absoluto la misericordia, ¿como sería nuestra sociedad mundial si todos intentáramos ser como un Dios para nuestros hermanos?

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