Parroquia La Milagrosa (Ávila)

viernes, 13 de febrero de 2015

Ban Ki Moon y las vírgenes necias


DOLORES ALEIXANDRE

Por si no han caído en la cuenta, les recuerdo que en 2015, además de tocar elecciones, “tocaba” conseguir los Objetivos del Milenio (ODM) pero, a la vista está, no han llegado a cumplirse. Llegan las reacciones: dice Ban Ki Moon que la culpa no es de que fueran inalcanzables, ni de que el plazo fuera demasiado corto, sino de que “no ha habido ni focalización de las acciones ni mecanismos para la rendición de cuentas”. O sea que ha pasado lo mismo que cuando aquellas chicas de la parábola evangélica no se preocuparon de echar aceite en sus lámparas y se frustró su objetivo de llegar a tiempo a la boda.

Otros, los cenizos de siempre, aprovechan para repetir que ya lo decían ellos: era una utopía imposible y así aprenderán los pelmas empeñados en dar la brasa con lo de la justicia global; y que ellos se van a esquiar, que este año Sierra Nevada está fantástica.

Menos mal que queda un tercer grupo de gente cabal e inasequible al desaliento que ha tomado la decisión de hacer de 2015 un punto de partida y no una meta frustrada. Apunten sus nombres y siglas si aún no les suenan, porque van a dar más que hablar que el Pequeño Nicolás y Pablo Iglesias juntos (sin dejar de lado a la Pantoja y a la alcaldesa de Alicante, por aquello de la cuota femenina): los de la Alianza Española contra la Pobreza (AECP), una plataforma civil formada por más de 1000 ONGD (posiblemente aquellas en las que trabajamos los alandareños pertenecerán a ella) se han lanzado a la acción con más ímpetus que la Fura dels Baus. Están convencidos, lo mismo que Les Luthiers y más tercamente tropieros que nunca, de que es posible erradicar la pobreza y la desigualdad. Espabilados como hijos de la luz, han hecho lo que Jesús recomendaba: “Aprended... mirad…”, y se han puesto a aprender de las estrategias que han empleado los del Panel Intergubernamental del Cambio Climático para sacarlo adelante. Y se han acordado también de lo que decía Ignacio de Loyola: “Si San Francisco hizo esto, yo lo tengo que hacer; si santo Domingo hizo lo otro, yo también lo puedo hacer”. Así que han dicho: “Si ellos lo han conseguido, por qué no lo vamos a conseguir nosotros; si ellos han logrado focalizar y concentrar la agenda, proponer soluciones compartidas y capacitar a la ciudadanía para controlar los compromisos asumidos por los gobiernos, vamos a aprender cómo lo han hecho. Si en lo de los ODM ha fallado muchas cosas (mea culpa de Ban Ki Moon, falta de previsión del aceite en argot cristiano), de ahí podemos sacar aprendizajes”. De su análisis y estudio sacan la conclusión esperanzada de que contamos ya con mucho conocimiento científico y técnico acumulado como para abordar soluciones realistas y razonables; y que esos saberes son ya una palanca poderosa a la hora de conseguir una vida digna para todas las personas de este único planeta. Lo explican estupendamente y con un lenguaje al alcance de todos en una publicación de Cuadernos 2015 y más, (otra plataforma de ONGD que promueve la participación ciudadana y la movilización social para demandar políticas coherentes con el desarrollo de todos los pueblos).

Resumiendo su propuesta: crear una entidad multidisciplinar formada por científicos, pensadores y expertos del Norte, del Sur, del Este y del Oeste que trabajen todo el año sobre todos los temas de pobreza y desigualdad, que aporten soluciones para cada país, que interactúen con los gobiernos y que permitan unir la ciencia con la política y proporcionen orientaciones políticas para la acción de los gobiernos y de las propias Naciones Unidas.

Está en nuestras manos la tarea de llenar de aceite las lámparas y llegar a tiempo. No nos comportemos como necios.

Dos webs para informarse más y apoyar:

fuente: alandar 

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