Que todo sea extinguido menos el amor
Mt 2, 13-15. 19-23.
Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a Israel, pues han muerto los que tentaban contra la vida del niño.
El amor jamás reclama; da siempre. El amor tolera, jamás se irrita, nunca se venga
(Indira Gandhi)
28 de diciembre. Fiesta de La Sagrada familia
La Sagrada Familia. ¿Por qué con mayúsculas? Un hombre, una mujer, un hijo: Lo más normal en la vida matrimonial ordinaria. Como símbolo, la Trinidad del Cielo aquí en la Tierra. Arriba, la metáfora y el mito. Abajo, la realidad significada. Un trío entreverado de amor.
El psicólogo Robert Plutchick lo enumera en su clásica Rueda de las emociones, entre las más básicas y más necesarias a todos los seres humanos, para la preservación y evolución de la especie.
El amor es como las ondas que produce una piedra arrojada a un estanque: recorren la piel del agua en todas direcciones. "La familia unida, fértil e indisoluble, ha dicho el Papa a la Eurocámara en su discuro del 25 de noviembre, trae consigo los elementos fundamentales para dar esperanza al futuro. Sin esta solidez se acaba construyendo sobre arena, con graves consecuencias sociales".
Pablo insiste en los deberes familiares y sociales en Col 3, 12-21, orientando sus consejos en dirección del amor del padre a la esposa y los hijos. El Eclesiástico, de los hijos a los padres.
El teólogo Lloyd Geering dice que "la tierra entera deberá ser re-santificada a nuestra vista: el color sagrado debe cambiar del violeta celestial al verde terrenal". Un barnizado a muñequilla que exige esfuerzo y maestría en cambios tan vitales hoy como el concepto del amor y la familia. Nada de violetas celestiales que nos dejan perdidos en las nubes, y mucho de verdes terrenales que nos hacen pisar suelo.
Una familia y un amor que siente bien anclado su centro; que lo suyo no es desparramarse cada primavera por mor de que la sangre altera, sino crecer y desarrollarse en sabiduría y gracia, como sugiere Lucas en 2, 52. Crecimiento y desarrollo que se abre como las ondas del estanque para colaborar en el crecimiento y desarrollo de todo cuanto tropieza con él en su camino.
Nada de modelos lanzados desde el púlpito en fuegos de artificio que confunden, ni los del "todo vale" predicados por los Medios de comunicación de masas en el mundo moderno. Jesús, José y María se irían de la sinagoga, sin duda, y se apresurarían a apagar el televisor de su sala de estar y, sobre todo, el de su adentro.
Vicente Martínez
Fuente: feadulta
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