Parroquia La Milagrosa (Ávila)

sábado, 12 de diciembre de 2015

¿Somos hoy capaces de descubrir a los profetas de nuestro tiempo? (Sábado, II Adviento)





Eclesiástico 48,1-4.9-11
Surgió Elías, un profeta como un fuego.
Salmo: 79,2-3.15-19
Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Mateo 17,10-13
Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido y no lo reconocieron.

¿Somos hoy capaces de descubrir a los profetas de nuestro tiempo? Escuchemos, miremos en nuestro mundo, en nuestra casa. Abrámonos a ese fuego presente en muchos hombres y mujeres que buscan quemar las estructuras de muerte y alentar las semillas de nueva vida.

Los que dentro de dos semanas vamos a reunimos en la cueva de Belén para celebrar el nacimiento de un niño llamado Jesús, lo haremos porque sabemos muy bien quién es ese Niño. El Niño de Belén es el mismo al que en su Transfiguración el Padre dirigirá aquellas palabras:  Éste es mi Hijo predilecto, escuchadle (la escena que recoge el evangelio de hoy tuvo lugar al bajar del monte después de la Transfiguración). Es el mismo al que más tarde anunciará el último y mayor de los profetas, san Juan Bautista, al que Jesús presenta como el profeta que precede inmediatamente al Mesías. Celebraremos el nacimiento del Niño de Belén porque sabemos que es el mismo que va a padecer a manos de ellos, como hoy lo anunciaba el Señor, el mismo que dará su vida por nosotros, para acompañar en la muerte a sus hermanos los seres humanos; y el mismo que resucitó para abrimos las puertas de la vida que no termina. Nuestra fe no empieza en Belén. Volvemos a Belén después de haber conocido a esa persona única que llamaron Jesús de Nazaret ya la que ahora confesamos como nuestro Salvador. 


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