Parroquia La Milagrosa (Ávila)

jueves, 10 de diciembre de 2015

Donde hay amor la pasión es gasolina (Jueves, II Adviento)


Isaías 41,13-20
Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio».
Salmo: 144,1.9-13
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad.
Mateo 11,11-15
Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los Cielos es más grande que él.

La lectura de Mateo podemos interpretarla mal. En ella no se esta diciendo que cualquiera de los que hemos aceptado el Reinado de Dios seamos mejores personas o mejores creyentes que Juan. Lo que se dice es que con la venida del Hijos de Dios ha comenzado una nueva era para la humanidad, en particular para los que aceptan los valores y el nuevo estilo de vida propio del Reino.

Antes del nacimiento del Hijo de Dios en Belén, la historia religiosa de la humanidad fue un intento por entrar en contacto con Dios. Pero ningún ser humano, ni siquiera el Bautista, es capaz de subir él mismo hasta Dios ni de conducirnos hasta él. Sin embargo, con el Niño nacido en Belén empieza la nueva historia de la humanidad: ahora es Dios mismo el que desciende hasta nosotros y nos ofrece la posibilidad de comenzar a disfrutar de su propia vida y de llevar a cabo una experiencia humana muy superior a la que enseñaron los profetas anteriores. De ahí nuestra alegría por la venida de Jesús que inaugura el Reinado de Dios entre nosotros.

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