Parroquia La Milagrosa (Ávila)

viernes, 22 de enero de 2016

Una concepción no lineal, plural y agonista, así es la política según Francisco



MARTÍN PÉREZ MILLÁN*, MENDOZA (ARGENTINA).

ECLESALIA, 15/01/16.- Hoy, luego de dos años y medio de pontificado, es posible apreciar como inequívocamente política la decisión tomada por el colegio cardenalicio de haber elegido al ex cardenal Bergoglio. Para revitalizar a la Iglesia se precisaba construcción y conducción política, y un talante no contaminado por los centros tradicionales de poder.

El Pontífice argentino ha desplazado el centro de gravedad desde Europa hacia América, lo que repercute en la mirada que hace la institución bimilenaria a temas y contenidos no sólo de corte moral, sino también económico, político y social. Para ejemplificar, no hace falta más que repasar sus clarividentes alocuciones ante el Congreso en los Estados Unidos y los Movimientos Populares en Bolivia.

Esos discursos no son más que manifestaciones orales – con grandes repercusiones globales – del contenido vertido en la primera exhortación apostólica y “latinoamericana” de Francisco. Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio) – publicada en noviembre de 2013 – ha despertado y despierta interés en analistas políticos, economistas, referentes sociales y dirigentes políticos, muchos de los cuales han desfilado con cierto asombro y admiración por la residencia del Papa tercermundista. Este exhorta a los estadistas a rever y replantear las relaciones sociales y económicas, así como a repensar el rol de la política en esa vinculación. Pero, ¿qué concepción de política tiene el líder religioso? Una prudente lectura e interpretación del texto mencionado arrojará muchas luces.

Política no lineal

Las ideas del Santo Padre dan cuenta de una concepción dinámica de la política. Lejos de proponer una concepción funcionalista de sociedad y política, el Santo Padre piensa al espacio político y societal como un espacio en permanente cambio y movimiento, es decir carente de linealidad. La política inyecta ritmo a la vida social y nacional, es concebida como el ámbito donde entran en enfrentamiento diversas ideas y es esa la riqueza.

Reconoce que en esos espacios no se experimenta una repetición regular y sistemática de fenómenos; valora la disparidad de posturas, las ideas antagónicas y la oportunidad de crecimiento a partir de las diferencias. “La teoría funcionalista se preocupa esencialmente del problema de la conservación social mientras que la teoría marxista se preocupa fundamentalmente del cambio social” (Bobbio Norberto, 2008: 77). A ésta última teoría sociológica pertenecen estas ideas, con la adaptación y la hermenéutica pertinentes. Simplificando, los avances y progresos en el seno de la sociedad, según la perspectiva del Papa argentino, se dan por confrontaciones y disputas en el ámbito de la política. Pero arrojemos más luces.

“De acuerdo con el lugar común del pensamiento sociológico, la gran división es la que opone los sistemas que destacan el momento de la cohesión a los sistemas que subrayan el momento de antagonismo” (Bobbio Norberto, 2008: 77). Francisco proyecta una visión de política en la que se percibe la confluencia de antagonismos, no entendidos como posiciones irreconciliables, más si como posiciones diversas, idearios contrapuestos, ideas que disputan mayor poder y visibilidad en un marco de respeto y reconocimiento mutuo.

Política plural y agonista

La politóloga Chantal Mouffe diferencia la política de lo político. La primera remite el campo empírico de la práctica política; lo político pertenece al ámbito de la teoría política, al nivel ontológico. Éste es el que interesa a los objetivos del artículo. “(…) concibo lo político como la dimensión de antagonismo que considero constitutiva de las sociedades humanas (…)” (Mouffe Chantal, 2005: 16). Realizando una mirada transversal a Evangelii Gaudium, se puede alegar que Francisco propone pensar lo político al modo manifestado por la politóloga belga: procura percibir de un modo político los problemas que enfrentan nuestras sociedades.

Claramente las ideas de Francisco desfilan por un derrotero diferente y en sentido perpendicular al pensamiento liberal actual caracterizado por un enfoque racionalista e individualista que no permite contemplar la naturaleza de las identidades colectivas. “Este tipo de liberalismo es incapaz de comprender en forma adecuada la naturaleza pluralista del mundo social, [rechaza de plano lo político en su dimensión antagónica] (Mouffe Chantal, 2005: 17). Lo que contrasta a ciencia cierta con las expresiones del Vicario de Cristo respecto a su interpretación de la realidad social que califica de dispar, heterogénea e insondable como dispares, heterogéneos e insondables son los grupos socioculturales que la constituyen.

Para Schmitt (en Mouffe Chantal, 2005), “el criterio de lo político (…) tiene que ver con la formación de un nosotros como opuesto a un ellos, y se trata siempre de formas colectivas de identificación”. La reformulación que hace Mouffe de ese criterio convierte la relación nosotros / ellos en posible y conducente en términos democráticos, un modo especial de relación plausible en un marco de respeto y mutua legitimidad: modo agonista de la política.

Este pluralismo y esta forma de observar lo político se hace evidente en Evangelii Gaudium. La creación de una identidad implica el establecimiento de una diferencia. Francisco insta al diálogo y al encuentro de esas identidades y diferencias, de los diversos colectivos sociales y culturas en pos de la concreción del bien común, con acento marcado – muy marcado – en la opción por los pobres.

La creencia en un modo diferente en que se establece la relación nosotros/ellos – una relación agonista donde las partes comparten una base común (un espacio simbólico común dentro del cual tiene lugar el conflicto) y se reconocen mutua legitimidad – es la especificidad de la política democrática (Mouffe Chantal, 2005). Aplicando esta especificidad al pensamiento bergogliano, se puede señalar que el líder católico – al reconocer la diversidad de nuestras sociedades y al interior de cada una de ellas – se muestra animoso con la democracia moderna.

La relación agonista pone en juego la configuración de las relaciones de poder en torno a las cuales se estructura la comunidad local, nacional o global. Es la lucha entre proyectos hegemónicos opuestos, un consenso totalmente inclusivo entre ellos es inconducente. Optar por uno significa excluir el otro. Hoy Bergoglio se inclina y arenga por un cambio de estructuras y sistemas, proyecto que ciertamente tiene como prioridad a los pobres, a aquellos que la sociedad descarta y deshecha. Un proyecto inclusivo de quienes fueron pródigamente excluidos (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

(*) Investigador con aval académico del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. Título de la investigación: Las ideas del Papa Francisco respecto al rol de la política en la conducción de las relaciones económico-sociales. La exhortación apostólica EvangeliiGaudium. Período de beca: enero de 2015 a febrero de 2016.

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