Como una gran familia. Así vivió la diócesis de Ávila la peregrinación del pasado 19 de septiembre, a la que habían sido convocadas todas las parroquias. ¿El motivo? Clausurar la Misión Diocesana que se ha venido desarrollando durante el V Centenario, con la mirada puesta en su continuación en el futuro. Pero también para ganar la Indulgencia Plenaria en este Año Jubilar Teresiano.
En ella participamos varios miembros de la Comunidad de la Parroquia de la Milagrosa. Llevamos el estandarte de la Asociación, pues nos pedían para la peregrinación alguna bandera o pendón identificativo.
La jornada comenzaba sobre las 11 de la mañana en los tres lugares teresianos por excelencia de la capital abulense: La Santa, La Encarnación y San José. Los grupos de fieles se habían repartido entre los tres lugares para compartir una mañana siguiendo las enseñanzas de Teresa de Jesús en los mismos lugares que ella habitó. Tras una oración inicial, en la que se presentaron al Señor los frutos de la Misión, se dio paso a un breve vídeo que recogía en imágenes lo más significativo de este año en nuestras parroquias. Acto seguido, en cada uno de estos tres lugares se impartió una catequesis teresiana, donde se invitó a los asistentes a no ver la Misión como algo terminado, sino a continuarla en los años posteriores para seguir la senda de la Nueva Evangelización, anunciada por los últimos Papas. Por eso, los ponentes insistieron mucho en la idea de que misioneros somos todos los bautizados, y por ello hemos de ser "Iglesia en salida" hacia los demás. Como apuntó la Santa, no debemos quedarnos "en poca cosa", sino emprender nuestras particulares "reformas", siguiendo las líneas de la oración, la austeridad, la fraternidad y la alegría de vivir en la fe. "Estamos llamados a ser anuncio del Evangelio. - decía Cecilio Jiménez en La Encarnación - La Evangelización se hace también desde la caridad, a través de nuestras manos, nuestro testimonio, que nos traerá también sufrimiento y dolor"; por ello, invitó a los fieles a perseverar en amistad con Cristo, y a entregarnos confiadamente en sus manos, preguntándonos cada uno, como Teresa, "Vuestro soy, para vos nací. ¿Qué mandáis hacer de mí?".
Terminada la catequesis, los fieles partieron en peregrinación a pie hacia la Catedral, templo madre de la Iglesia de Ávila. En cabeza, los voluntarios, quienes portaban estandartes con la imagen de la Santa. Y tras ellos, los fieles de las parroquias abulenses, con estandartes, pendones, banderas y pancartas, haciendo partícipes a la ciudad de Ávila de su presencia y su testimonio vivo.
Ya en el templo catedralicio, nuestro Obispo Don Jesús ofició la Misa Jubilar, que además coincidía con el 17º aniversario de su ordenación episcopal. Durante la homilía, Mons. García Burillo espoleó a los fieles, instándoles a continuar el camino emprendido por la Misión como una verdadera renovación espiritual y una renovación de las formas de evangelización tradicionales: "La tentación para una Diócesis tan antigua como la nuestra es la de quedarnos cómodamente instalados en «lo de siempre», vivir centrados en nuestros problemas internos sin salir al encuentro de quienes no comparten la fe. La programación de nuestras actividades suelen estar orientadas a que los no creyentes vengan a escucharnos. Esto, ciertamente, no es poco (...) Pero no es suficiente. No se trata de que ellos vengan, sino de que nosotros salgamos a su encuentro. Hay que ir donde está la gente. Y si, para conseguirlo, tenemos que modificar costumbres, tradiciones, horarios, distribución del clero, itinerarios catequéticos, procesos educativos en los colegios o formas de atención en los hospitales, habremos de hacerlo. En esto consiste la «renovación de las estructuras»". Asimismo, agradeció a todos los diocesanos el esfuerzo realizado durante este año de Misión, y anunció que, para continuar con el trabajo empezado, la diócesis dará continuidad a la Comisión Pastoral del V Centenario, reconvirtiéndola en una Comisión para la Nueva Evangelización (dependiente de la Vicaría de Pastoral).
Tras recibir la Bendición Apostólica, y con un cariñoso aplauso de los más de 800 participantes de la Eucaristía al Obispo por su aniversario, la jornada continuó con una comida fraterna en los patios del Colegio Diocesano, donde se compartieron momentos festivos y se vivieron imágenes de verdadera comunión entre las parroquias en un tiempo dedicado también a la música y el baile. Concluía así un sábado muy especial para toda la diócesis, que mira esperanzada al futuro con la fuerza que le dan las enseñanzas de "su" Santa Teresa, reconvirtiendo el lema de la Misión ("Ya es tiempo de caminar") en el propuesto para el camino hacia la Nueva Evangelización: "Juntos andemos, Señor".
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