Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 20 de octubre de 2015

Quien y por qué cuestiona la postura del Papa ante la ecología


Alejandro Córdoba / 30.09.15 Un congresista americano dijo que estaba “avergonzado” de la posición del Papa sobre lo que llamó “falsa ciencia” del cambio climático. Este comentario no sería importante si no fuera porque los políticos actúan, muchas veces como “la voz de su amo”, defendiendo los intereses de éstos.

¿Cuáles son esos intereses?

Hay una sospecha, ampliamente extendida, que señala la existencia de un potente lobby desempeñado, especialmente, por la industria energética. Se atribuye al mismo la manipulación de diversas investigaciones orientadas a generar controversia, para lograr que la preocupación por los asuntos medioambientales y la conciencia ecológica no terminen de cuajar.

El mensaje malintencionado de ese lobby es que el calentamiento global es solamente una teoría que no ha sido probada; que el cambio climático es un ciclo natural y que el crecimiento económico es prioritario, incluso si éste va en perjuicio del medio ambiente.

La multinacional ExxonMobil, es una de las empresas a las que se ha acusado de impulsar investigaciones que generen polémica sobre el conocimiento científico acerca del efecto de la contaminación. Pero hay muchas otras.

En la actualidad los 1.000 millones de personas más pobres del planeta producen sólo el 3% de las emisiones globales, mientras que los 1.000 millones de personas más ricas provocan la mitad de las mismas.

Es ese un problema de solidaridad que el Papa Francisco ha afrontado “sin pelos en la lengua” en su encíclica sobre la ecología.

El Papa Francisco dice que debemos ser y actuar como custodios de la creación. Conscientes de que el cambio climático está, inexorablemente, ligado con el desarrollo y el progreso humano; de que los problemas se agudizarán si seguimos apostando por un crecimiento económico que no tenga en cuenta el impacto en la naturaleza de las actividades de producción y de consumo.

Propone, por ello, aceptar que la naturaleza es un capítulo importante en la vida de los pueblos; que mantener la integridad del planeta es una responsabilidad que nos atañe; que la raíz del problema ecológico tiene que ver con un modelo económico que es insostenible.

Apela a la necesidad de asumir cambios de política a nivel local, nacional y global. Y cambios, también, a nivel individual, ya que son nuestros hábitos de consumo los que determinan el futuro del planeta.

Son esos cambios los que no gustan a quienes quieren que nada cambie para poder mantener sus grandes privilegios.

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