Parroquia La Milagrosa (Ávila)

sábado, 26 de marzo de 2016

A las puertas de la vida (sentido del Sábado Santo)


“Si el grano de trigo un muere…” Todos sabemos cómo termina la frase, como también sabemos cómo terminó la vida de Jesús.

Sábado Santo, un día litúrgicamente vacío, es día de vivir el dogma de Jesús que desciende a los infiernos, a dar la noticia de la resurrección a los ya muertos. Solidaridad de todos los hombres en el viejo Adán, y en el nuevo, que es Cristo.

Hoy, día de revisión profunda para el catecúmeno que va a actualizar las “renuncias” y “profesión de fe” bautismal en la cúspide de la Vigilia Pascual. “Que vuestro sí, sea sí; y vuestro no sea no”.

La figura del día es María, el “resto” del pueblo de Israel que acoge la “promesa” y el “cumplimiento”. María, Madre de la iglesia peregrina; bisagra del Antiguo y Nuevo Testamento. Iglesia de la lª hora y madre ya glorificada. Con María, aurora que anuncia el sol, aprendemos a esperar y anunciar al sol que nace de lo alto.

Al cristiano se le mide por su hueco interior, por su capacidad receptiva de lo divino. San Vicente nos dirá: “Cuando un hombre se vacía de sí mismo, Dios lo llena porque Dios no puede soportar el vacío.”(Cf XI, l-2). Dios mantiene a la humanidad en un compás de espera. Esperanza en el Dios de la plenitud que cumple la promesa.

Hoy es el día indicado para pensar en nuestras vidas… y  en nuestras puertas. Si tuviéramos que describir nuestras puertas: ¿cuáles son las más importantes? ¿Tengo muchas o pocas? ¿O sólo tengo una?


Que durante este Sábado Santo, acompañados por María, podamos reflexionar y sentirnos acompañados por el Señor de todas las puertas, de todos los frutos y de todas nuestras vidas.

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