Parroquia La Milagrosa (Ávila)

miércoles, 25 de febrero de 2015

Llamar a la puerta día y noche (Jueves de la 1ª Semana)


Quien pide, recibe
(Mateo 7, 7-12)

Orar es pedir, buscar, llamar a la puerta día y noche, sin cansarse nunca. Orar siempre hasta que la oración termine siendo un estado y no sólo en una práctica ocasional, un modo de ser delante de Dios y de los hombres, tal como lo práctico y nos lo propuso Jesús.

Jesús, con cierta ironía, razona con los que le están escuchando: vosotros, pese a vuestros límites, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos. iCuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! Los padres no dan a sus hijos cualquier cosa que éstos les pidan; sólo les dan cosas buenas, sin dejarse dominar por los caprichos o las escenas que a veces les montan los hijos. Pues bien, vuestro Padre del cielo no es ni peor ni mejor que vosotros. Por eso, Dios os dará siempre y únicamente cosas buenas.

¿Quién sabe y quién decide qué cosas son buenas? Obviamente, los padres de la tierra y el Padre del cielo. Cuando hay una buena relación entre padres e hijos, esto no plantea problema mayor. Lo mismo, cuando hay una buena relación entre nosotros y el Padre del cielo, tampoco debe haber ningún problema. La buena relación con Dios es lo que llamamos tener fe. Fe, ante todo, en la bondad de Dios. Pero imaginamos que a Dios lo podemos manipular como a un fetiche, eso no es fe, sino magia: es un gran error. De lo que no cabe la menor duda es que Dios siempre nos dará cosas buenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario